Me voy, por fin…
Un viaje a un lugar donde siempre quise estar y que aún
no conozco.
El bolso va liviano… es pequeño, mucho no tengo y tampoco
creo necesitarlo.
Pero llevo suficiente dentro de mí…
Algunas cosas que pienso abandonar en el camino
y otras que me ayudarán a mantenerme de pie.
Hay también un espacio libre para llenarlo de sensaciones
nuevas:
olores, colores, sabores, sonidos.
Ganas de conocer, de hacer y de disfrutar.
La sonrisa y el calor de la gente que quiero y que me
quiere.
Los nervios, la incertidumbre y el vértigo de enfrentarse
a lo desconocido.
La ansiedad de volver a ver a quien distintos
circunstanciales se han encargado de alejar y de acercar nuevamente.
La alegría de un sueño a punto de cumplirse
y la prematura satisfacción de haberlo alcanzado…
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